GRAN VELVET

GRAN VELVET

Como si de un barco a la deriva se tratase; así estuvo la discoteca que en su momento fue la más espectacular de España y, prácticamente, de Europa: Gran Velvet, en Badalona (Barcelona).

Diseñada entre 1991 y 1993 por Alfredo Arribas (uno de los mejores arquitectos españoles), la discoteca Gran Velvet pretendía ser un punto de referencia, no sólo en el estilo de música, sino en otros aspectos como era su iluminación interior animada, con diversos efectos de rayos láser reflectados sobre 60 espejos distribuidos por toda la sala, que aplicados a una serie de sistemas eran capaces de generar unas 15.000 combinaciones de diferentes de colores.

El resultado final de todo ello, además de los efectos luminosos que se podían ver por todo el local, eran las figuras que estos efectos creaban en una gran pantalla blanca sujetada desde el techo, justo en mitad de la pista de baile.

Un lugar que pretendió innovar; quizá lo consiguió, pero sin embargo sus 4.385 m2 presentaban este aspecto:

 

 

Si hay algo que también llamaba la atención de este lugar, es la corta vida que tuvo.

Inaugurada en 1994, la palabra Gran Velvet se extendió como la pólvora entre la juventud de la zona, así como de distintos puntos de España.

Para ello se invirtió mucho en márketing, publicitándola en prensa, revistas juveniles y emisoras de radio musicales.

Tenía hasta un autocar lanzadera que pasaba a recoger a los clientes más jóvenes en la estación de metro de la línea 1 (Fondo).

Las dos siguientes fotos son de un catálogo que encontré dentro.

Otro de los motivos del éxito inicial… basta con mirar cifras:

– potencia acústica pista principal: 11.000 watios.
– potencia acústica pista sala: 11.000 w.
– potencia en subgraves: 8.800 w.
– potencia perimetral: 2.640 w.
– potencia sonido pista pequeña: 1.200 w.
– potencia sonido privé: 800 w.
– potencia sonido monitores cabina: 400 w.

El total de esta suma da 35.840 watios de potencia.

El estilo de música que predominaba en la discoteca era el dance de la época, algo de progresivo y algo de makina; todo pinchado a velocidad bastante lenta.

Así estaba por dentro a finales de 2004, cuando fuimos a visitarla (llevaba ya unos 5 años abandonada): completamente oscura: pasaron varios minutos hasta que nos acostumbramos a tanta oscuridad.

Este agujero era una de las pistas de baile, que subía y bajaba según el momento: como se observa, estaba completamente bajada.

Las escaleras que subían al primer piso…

donde se encontraban repartidos estos pequeños balcones, en los que bailaban las go-go´s.

Desde cualquier parte del primer piso se veía toda la pista central.

 

La entrada principal vista desde dentro.

 

El guarda-ropa.

Y la cabina del disc jockey, vista desde abajo…

y desde arriba: aquí pincharon los mejores disc jockey´s de todo el país, como Alberto Tapia o los mediáticos Paco Pil y Tony Aguilar.

Vista general desde la cabina:

Habían diversas barras de bar repartidas por todo el local: detalle que hacía que no tuvieras que ir a la otra punta del edificio para pedirte una bebida.

 

 

Vista del primer piso (se observa la barra del bar al lado de la pared), desde dónde se podía ver toda la pista central (abajo).

La pantalla central, dónde se reflejaban las figuras que dibujaban los rayos láser.

Una de las peculiaridades de esta discoteca…

eran los lavabos: eran mixtos y estaban situados en el primer piso.

 

Desde allí se observa una de las salidas de emergencia que fue por donde nosotros entramos.

Ésta era la “chimenea” vista desde dentro (la que se observa por fuera en las primeras fotos de este reportaje); su techo se abría para, supuestamente, ver las estrellas; digo supuestamente porqué en las grandes ciudades es casi imposible observarlas.

Este otro hueco era el del ascensor (vista mirando hacia arriba)…

 

el cuál accedía a la sala V.I.P. (“very important person”). Tan sólo gente mediática podía acceder a esta parte.

El diseño interior de la sala V.I.P. era el mismo que el del bar músical Velvet, ubicado en Barcelona. El Velvet de Barcelona también era un bar para gente de cierto nivel (bar que todavía existe).

Además del ascensor, se podía acceder por estas pequeñas escaleras en forma de caracol.

La rampa que accedía a la pista principal.

De allí bajamos al sótano, dónde se encontraban los camerinos…

y vigilando no despertar a las arañas…

entramos en el despacho dónde se encontraba la caja fuerte… vacía.

Al final del pasillo, y prácticamente caminando agachados debido a que esa parte del sótano era más baja, se encontraban miles de papeles: vales de descuento para gasolina, flyers, posters, catálogos de la discoteca, informes con encuestas a los clientes, etc.

Habían también hojas para solicitudes de trabajo: ésta era la solicitud de una chica que se apuntaba para go-go:

Desde la otra punta de España: este joven de Lugo (Galicia) escribía a la discoteca para recibir información.

En esa misma parte del sótano, encontramos estas escaleras: llevaban a la parte de abajo de la pista que, como he comentado antes, subía y bajaba. Aquí es dónde se encontraban los motores que hacían posible dicho movimiento.

 

Un espacio muy grande que os resumo en este catálogo (el mismo que sale en el inicio del reportaje):

 

 

 

Éxito arrollador: multitud de jóvenes llenaban la sala cada fin de semana. Podían entrar todos aquellos que iban vestidos correctamente.

Pero poco a poco se dejó entrar a todo tipo de gente, hasta que finalmente, en nochevieja de 1995 murió asesinado Jordi Domenech, un joven de Badalona que recibió una puñalada fruto de una discusión con otro cliente de la sala.

La clientela había cambiado, y no precisamente a mejor, hasta que finalmente en 1997 se produjo otro apuñalamiento en los lavabos.

El tipo de cliente para el que se había pensado inicialmente este lugar, ya no frecuentaba la discoteca. Había miedo, y el boom se había acabado.

Gran Velvet cerraba sus puertas, pero ese no era el final del edificio: era tan sólo el principio del fin.

Meses después, los propietarios de Scorpia (discoteca de música makina “radicalizada”), cogían el local, pasándose a llamar Orbital dónde predominaban los sonidos más duros de la música electrónica, destacando la makina pinchada a alta velocidad. A pesar del boom inicial, el número de clientes fue bajando poco a poco. Para solventar este problema, la dirección de la sala infundió un cambio de estilo musical que no cuajó, provocándose un nuevo cierre.

El siguiente proyecto nada tenía que ver con lo anteriormente ofrecido.

Dada sus características y ubicación del local (polígono industrial a las afueras de Badalona), la cadena de televisión Tele 5 acondicionó la sala para hacer un programa de TV presentado por el conocido Jordi González, pero debido a los bajos índices de audiéncia desapareció de antena.

Tras esto, una discoteca llamada Golden Club y posteriormente un after llamado Vértigo fueron los últimos proyectos que pasaron por allí. Uno tras otro cerraron por falta de público.

Era el año 1999 y a pesar de su corta existencia, las puertas de este emblemático lugar cerraban para siempre.

Cabe decir que entre cierre y cierre, la sala era mantenida correctamente hasta que finalmente, debido a su alto coste de mantenimiento, se dejó de darle una atención.

Éste es un informe que también había allí, con diversas estadísticas de cuando funcionaba como Gran Velvet:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Finalmente fue demolida.

La noticia corrió como la pólvora en los diversos foros de internet y fueron bastantes las personas que fueron a hacer las últimas fotos de esta nave que se hundió para siempre un frio noviembre de 2010.

 

 

 

 

  • En este reportaje colaboraron Juan Bansells (texto con el contenido de la evolución de la discoteca), Jesús Serrano (17 fotografías) y JulioDa (vídeo-homenaje “Discoteca Gran Velvet ¡hasta siempre!”).


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